El 1 de agosto de 2016 comencé mi incursión en el mundo del running (aquí puedes leer mi experiencia), y cuando esto pasó me tracé algunos objetivos que se fueron cumpliendo a los largo de los días:

  • Caminar sin sofocarme (si, me sofocaba al caminar)
  • Mantener un kilometro seguido de trote
  • Correr mis primeros cinco kilometros (5k)
  • Mejorar mi tiempo de carrera
  • No dejar un solo dia de entrenar (madrugada o noche)
  • Correr el Rock and Roll Half Marathon (yo solo pensé en 11 k)
  • Correr un maratón (!)

11k: Run & Rock!

En mayo llegó mi primer gran reto en el Rock and Roll Half Marathonevento a nivel internacional que reúne carrera y el gusto por el rock. Toda la experiencia fue grandiosa, desde llegar un día antes por el kit, recorrer los stands de productos para corredores, hasta el día del evento ingresando a los tuneles, las fotos, los corredores, la ruta, la calle, la gente apoyándote en el camino. Todo.

Rock and roll half marathon

El concierto al final de la carrera

En el evento me crucé junto a Javier Sánchez (de quien hablo en mi primer post) y quise saludarlo, pero por alguna extraña razón solo lo vi pasar a mi lado. Dije: «al rato lo hago». Como si solo hubieran 20 personas. Mala decisión.

De la carrera recuerdo muy bien correr por Periférico, dar el vistazo a Av. Reforma y llegar a la meta con la misma adrenalina que te hace sentir «que todavía puedes más». Solo había algo que me tenía intrigado: ¿qué sienten los que corren un medio maratón?

Aún no sé cómo se dio, pero en el camino de entrenar para un siguiente reto participé en mi primer duatlón. Mis respetos para los corredores de montaña, se requiere mucho mayor esfuerzo que en cualquier otra carrera.

Duatlón en Rancho «Agua bendita», Mineral de la Reforma, Hidalgo

Las 3 de Nu3

En el primer post sobre mi experiencia, platiqué sobre el programa NU3 y de cómo sus consejos y orientación me habían concientizado sobre el valor (y la experiencia) de la alimentación. Tuve la gran fortuna de ser invitado (junto con Pilar, saludos Pili!) a su programa en cabina y conocer a estas tres hermosas personas y excelentes profesionales de la nutrición y el deporte. No sé si ellas dimensionen lo que su labor hace en nuestras vidas, pero desde aquí quiero decirles muchas gracias Sol, Mariana y Fernanda, ustedes son parte importante de los logros de muchos de nosotros.

Las 3 de Nu3

Sarita, Pilar, Sol Sigal, Fernanda Alvarado, Mariana Camarena y yo.

Pueden escuchar el programa completo aquí abajo:

Escuchándolas a ellas y a otros programas como Korremanía (de Edgar Elenes, quien por cierto amablemente me concedió una entrevista que sacaré en las próximas semanas), me preparé para mi primer medio maratón (21k). Había leído que una distancia larga no solo debe prepararse con las piernas, sino que requiere del aspecto físico (correr), mental y nutrición. Iba adaptando mi alimentación con miras a la competencia y experimentando un día a la semana con una comida preparada por mi.

En el camino y, con el apoyo de la tecnología, hice una lista en Facebook que llamé Run with me, en el que incluí a los amigos que han compartido conmigo -de alguna manera- éste aspecto de mi vida. Mis rutas, fotos y videos que tomaba en los entrenamientos, era mucho de lo que compartía. Incluso las nuevas rutas me permitieron descubrir partes de mi ciudad que no había admirado desde otra perspectiva.

21k: Medio maratón del Día del Padre

En Junio llegó la fecha para el siguiente reto. El medio maratón del Día del padre es un evento de mucha tradición en la ciudad de México. Organizado por la Asociación de Corredores del Bosque de Tlalpan, A.C. es un evento fantástico al que llegué pensando que era el momento perfecto para dar el paso a más kilómetros. En esta ocasión mi carrera estuvo dedicada a Sarita y a mi Lalo (mi papá), quién me acompañó a recoger el kit de corredor y pudo conocer un poco más de este mundo tan interesante del running.

Expo 21k

Creo que una de las mejores cosas que me ha sucedido en este viaje, es conocer y coincidir con muchas personas que comparten este mismo gusto. Orlando ha sido una persona que me ha motivado no solo desde el aspecto personal y profesional, sino el deportivo. Sus mensajes a las 6 de la mañana preguntándome ¿y ahora cuanto kilómetros?, ¿Ya corrió hoy?, ¿Qué tiempo hizo?, fueron sin duda parte del empuje para continuar y no decaer. En verdad lo precio.

Con Orlando Ávila

 

21k, la salida en Periferico, CDMX

42.195: El maratón de la ciudad de México

Después de los 21k, solo quedaba un paso para el Maratón. Decidí que debía llegar a la carrera lo mejor preparado posible, leía e investigaba muchos en internet y preguntando a los amigos que ya habían pasado por la experiencia. Fui descubriendo que a pesar de muchas recomendaciones, hay algunas que no cambian: el maratón debe de entrenarse por lo menos 14 semanas previas, no es una distancia fácil (es completamente diferente a 5, 10, 15, 21 kilómetros), debe ser acompañada de otro tipo de entrenamiento (fuerza, resistencia). Entendí que la ropa es algo muy importante. Cuando comencé a correr llevaba mucha indumentaria. Hoy entiendo que mientras más ligero es mejor.

Preparando el kit una noche antes

Esto último me llevó a encontrarme con el excelente contenido que publica Bernardo Delfín. Su manera de comunicar y lo práctico que hace entender hacia dónde vamos como corredores recreativos, fue una ayuda tremenda(!). Con sus recomendaciones supe que uno debe diseñar la forma en la que debe afrontar el maratón. ¡También muchas, muchas gracias Bernardo!

Siguiendo sus recomendaciones, establecí el siguiente plan:

Mi plan personal para correr el Maraton CDMX 2017

  • La carrera debería dividirla en 6 bloques (10, 6, 5, 4, 8 y 9k)
  • En los km 12, 22, 30 y 37 ingeriría un gel acompañado de agua, debido a que mis reservas de glucógeno se estarían agotando. Opté por éste gel.
  • Conforme a la pendiente (linea punteada roja) debería correr a una velocidad de 6:25 min/km iniciales, siendo el punto más «agresivo» a 6:10 min/km comenzando en Masaryk (Polanco). La idea era afrontarlo con los llamados «parciales negativos», es decir, correr de menos a más. Mi objetivo: terminar mi primer maratón en 4 horas con 30 minutos.

Una tarde antes corrí 3 kilómetros para mantenerme activo. Una manifestación que pasó por Av. Reforma me permitió correr por la avenida y disfrutar para mi solo (bueno, así lo sentí) de ésta parte de la ciudad. A las 8pm publiqué éste post en Facebook, cerré mi computadora y me fui al hotel a dormir, estaba a unas horas y debía cuidar todos los detalles.

5am. Me levanto, tomo agua y como un pan con crema de cacahuate. Voy como tres veces al baño, pues no quiero enfrentarme a la pesadilla de tener ganas a media carrera. Camino a la estación del metro, en los vagones hay cientos de corredores (hoy el metro es gratis para nosotros). Llego al Zócalo. Himno nacional, salida, adrenalina, sonrisas, gritos, vamos! nos vemos en CU!

Kilometro a kilometro

1. Salimos del zócalo y veo los edificios, esa experiencia es inolvidable. Comienzan las primeras porras.
2. Pienso en lo afortunado que soy al correr en el Centro histórico. Dedico aquí mis primeros kilómetros a mi Universidad, el lugar donde he pasado momentos de mucho crecimiento profesional y personal. A mis compañeros de Arquitectura (Juanita, Rous, Gaby, Garis, Vicente, Noe y varios más -discúlpenme si omito a alguien-), quienes me preguntaban constantemente ¿Cómo vas? ¿ya listo?. Esta parte es dedicada a ustedes.
3. Pienso y dedico a mis amigos de la infancia Paco y Jaime. Fuimos tres y eso siempre, siempre lo recuerdo.
4. En este kilometro lo dedico a Nancy y Rogelio. Porque hemos compartido muchas cosas, y no solo han sido amables y generosos con nosotros, con nuestra familia, sino en verdad unos grandes amigos.
5. Recordé mi primera carrera, Diciembre de 2016. ¡Pensé que ya estaba llegando muy lejos!
6. Cuando llegué a este kilometro me dieron unas ganas tremendas de llorar, pues lo había pensado por los seis añitos de Sara, mi hija linda. Recordé cuando supe que ibas a venir a éste mundo, recordé los momentos maravillosos que me has hecho vivir. Recordé tus canciones de los Foo Fighters cuando tocas tu bajo imaginario, cuando bailamos en casa, recordé tu carita y tus abrazos cuando llego a casa -a veces tarde- y sales corriendo a abrazarme. Lo sigo pensando, soy el más afortunado del mundo.
7. Este kilometro pensé en mis maestros de toda mi vida (L. Angel, Nacho, Jaime, Plinio, Federico, Roberto, Rubén). Desde la primaria, secundaria, prepa, universidad y mi paso por el deporte he tenido a grandes personas que me han enseñado mucho. En éste kilometro los recordé y pensé en todo lo que me habían enseñado. Quizás no saben que parte de mi deseo de ser profesor nació de las veces que ellos me enseñaron, en la cancha, en el aula. Si alguna día leen esto, gracias por todo.
8. Pensé en Liz y Mau, en Lalo y May. En verdad que los quiero mucho y a pesar de que la vida nos encuentra pocas veces al año, esa veces las disfruto como no tienen idea. Gracias por las noches de queso y vino. Por su amistad sincera y por ser nuestros amigos.
9. Este kilometro lo pensé para Jairo y Alfredo, son nueve años de conocernos y, a pesar de nuestras grandes diferencias, creo que nos unen más cosas de las que puedo apreciar. He tenido la fortuna de contar con su amistad, su apoyo, sus consejos y su constante crítica que me han hecho siempre buscar ser mejor. Frontal, directa pero siempre con la mejor intención. Nuestra frase: «A los amigos se les cuestiona de frente, y se les defiende a sus espaldas». Gracias por estar. Les aprecio.
10. ¡A los amigos! Adrys, Mariana, Nancy, Iván, Tulio, Arturo, Vlad. Es siempre bueno recordar los momentos que compartimos juntos.

11. A los constructores. Hace siete años que los observo y pareciera como si uno renaciera en el trabajo.
12. Tomo mi primer gel. Busco agua y sigo corriendo. Correr por Av. Reforma y Polanco es de lo más bonito.
13. A Conchita y Lalo, porque movieron una cantidad de pendientes y cosas que debían hacer para estar conmigo ese día. Y no solo ése, sino todo los días he sentido que están conmigo. ¡Gracias!
14. A Orlando, pues su apoyo en ésta y otras carreras me han permitido seguir caminando hacia muchos de mis objetivos. Gracias por compartir buenas cosas y por ser una gran referencia universitaria para mi ¡Gracias por su amistad, Doc!
15. A mi hermanita Alma, porque estas siempre conmigo. Lo sé, y quiero que sientas que también yo estoy contigo
16. A mi tía Martha porque fue mi segunda mamá por mucho tiempo. Porque sé que me sigue en lo que voy, y aunque estamos a miles de kilómetros de distancia, se sigue preocupando por su pequeño. Te quiero.
17. A mi tía Ely. Parte importante de abrir mis ojos al mundo te los debo a ti, porque cuando comenzaste a hacer camino, nos compartiste de esa experiencia y es algo que aun hoy en día recuerdo con mucho cariño. Gracias.
18. A mis abuelos, pues veo en ellos la herencia y las raíces de lo que somos.
19.  A Omar León y su familia. Cuando Sarita enfermó, le diste un regalo que aún hoy en día está en la cabecera de su recamara. A pesar de mi poco apegó a los temas religiosos, este gesto lo tomé como una muestra de tu gran corazón. Este km fue dedicado para ustedes. ¡Muchas gracias!
20. Kilometro veinte, me sigo repitiendo «esto ya lo conoces, disfrútalo». En este kilometro recuerdo a mi buena amiga Samara. ¡Eres muy responsable de que esto esté pasando y te agradezco infinitamente tu invitación a unirme al running, tus consejos, tu amistad.
21. Saludo a muchas personas, les tomo la mano en la carrera o les muestro el pulgar como diciendo «bien, gracias por apoyarnos»
22. Segundo gel. El segundo aire, la renovación. Energía a la mitad de la carrera. Una metáfora a la mitad de la vida. Veo la ciudad desde otra perspectiva.
23. Reforma. Comienza una parte del esfuerzo.
24. Escucho las porras por los audífonos de mi aplicación. Ivet me dice: «nos vemos en el kilometro 28»
25. Siempre he corrido con música, pero ahora descubro una parte importante de la carrera y es la de escuchar los ruidos de la ciudad y las voces que te alientan.
26. Pasamos por el bosque de Chapultepec, al final no fue tan duro como esperaba. Sigo al ritmo planeado de carrera
27. Estoy por salir del bosque. Me repito constantemente «parciales negativos, parciales negativos…»
28. El limite, el punto máximo de mi entrenamiento. Se fue el temor. Me sentía bien, fuerte, con paso firme.
29. Veo a mi familia, corro 50 metros con Sara, la veo sonreír. Le pregunto: «¿estás contenta?» «¡Si!» Me dijo. Me despedí con un: «nos vemos en el estadio».
30. Avenida Chapultepec, tomo mi tercer gel. El sol sale y, aunque fue un día nublado y nos ayudó enormemente, el calor del pavimento comenzó a llegar a mi cuerpo.
31. Condesa. A pesar de su belleza, comienzo a sentir el peso de 30 kilómetros. Veo a mucha gente, hay poco espacio para correr.
32. Veo a muchos corredores con insignias, frases y fotos. Pienso que cada uno es una historia detrás, como la mía. Es lo bonito de éste deporte, la lucha es personal. El rival a vencer es uno mismo.
33. Es aquí cuando vino el terrible pensamiento «¿lo lograré?». 500 metros después vino el «¡¿cómo chingados no?!»
34. La sombra de los árboles nos dan cierta frescura. Encuentro varios puntos donde hay una especie de «regadera» para que los corredores pasen bajo de ella para refrescarse. Me digo «no, si te mojas los pies pueden salirte ampollas». Las evito.
35. Llego aquí y pienso ¡a mis años de vida! Gracias vida que me permites cumplirlos corriendo.
36. Observo que muchos caminan, el cansancio está venciéndolos paulatinamente. Sigo corriendo, voy a un ritmo estable.
37. Último gel. Tomo más agua de lo que tenía planeado. Tengo temor de que sea demasiada y me provoquen algún dolor. Ahí mismo me percato que me duele la espalda. «Es la postura, recuerda el entrenamiento». Ajusto la postura, presiono el abdomen y sigo corriendo.
38. Me doy cuenta que mi ritmo ha bajado considerablemente, debería ir a 6:35 min/km, pero voy a 7:30 min/km. Es evidente, el cansancio está llegando. Es aquí donde me encuentro en una disyuntiva, si intento aumentar el ritmo ¿y si me lesiono? no quiero caminar. Si bajo la velocidad no llegaré en el tiempo que me había propuesto. Al final decido irme a un ritmo bajo. «Lo que me importa es llegar entero, corriendo». Caminar era para mi como perder el maratón. Y no iba a permitirlo.
39. Veo a muchas porras de clubes de corredores que he seguido por Facebook e Instagram. Las personas siguen apoyando. Prácticamente desde la Colonia Condesa venimos acompañados por un mar de gente. Pero soy sincero, solo tenía un pensamiento: «un kilometro, paso a paso, lo has entrenado, esto ya lo conoces».
40. Veo a lo lejos el letrero de 40. Me digo «aún no hay nada de que emocionarse». Siento un pequeño dolor en la parte posterior del muslo. «¿un calambre? ahora no, por favor». Respiro, me concentro sigo trotando, tomo agua, el dolor desaparece.
41. Última subida, es aquí donde tomo conciencia que en verdad estoy por lograrlo. Comienza la adrenalina, el cansancio desaparece, aumento la velocidad, escucho a la gente, todos diciendo «lo lograron», «ya llegaron», «son campeones». Justo a mi lado un señor de unos 50 años baja la velocidad, camina y se duele de la pierna. Entre otro corredor y yo le decimos: «no se pare, trote… vamos a llegar corriendo». El otro corredor lo toma del brazo y yo me pongo a su lado. Le damos instrucciones metro a metro. «Viene la bajada, cuidado, se puede lesionar». El tunel, los gritos, las manos arriba, la euforia. Le digo al señor de mi lado: «el ultimo esfuerzo, la ultima pendiente, no baje el ritmo… 10m… 5m… 3m… llegó! Disfrútela, esta victoria es suya«. Entramos a la pista, el estadio majestuoso, la pista de tartán se sentía como colchón después de 40 km de luchar en pavimento.
42. Llegamos a los 42 y pienso en mi hija, en todo este año de esfuerzo, en las noches y madrugadas de carrera, en los dolores, en el tiempo invertido.
42.195. Cruzo la meta, «¡lo logré! ¡Como chingados no! ¡Lo logré!» Camino, no pienso en las fotos, pienso en lo que significa para mi este reto. Se me sale una lagrima. ¡Qué bien se siente! Volteo, quiero ver por última vez lo majestuoso del estadio, quiero atesorarlo en mis más amados recuerdos. Mientras camino, hacia la zona de recuperación pienso en mi Sara. Si, nuevamente, porque todo es por ella, porque deseo que mañana, cuando llegue el tiempo de irme diga: «¡Ese era mi papá!»

Recibo agua, gatorade, fruta. Una voluntaria me dice con tono familiar (pues todos traemos el nombre en el numero de corredor): «Yoan, te estaba esperando con ésta medalla. Te la ganaste». Inclino la cabeza, cierro los ojos, recibo mi medalla. El cierre perfecto. Un año y 26 días después de mi primera caminata, de esa caminata de 30 minutos, concluía un maratón. Si, están en lo correcto, se siente muy -muy- bien.

Siempre he dedicado mis carreras a una o dos personas, se dice que es parte de la motivación. Los 42km han sido una prueba especial, la máxima prueba y desde que comencé ya sabía a quien debía dedicarla: gracias Ivet, mi esposa. Sin duda a pesar de nuestras visiones particulares de la vida, hemos sabido acordar, dialogar y apoyarnos mutuamente. Nuestros caminos se encontraron hace muchos años y agradezco que seas parte de mi vida. No podría haberlo logrado sin ti. Gracias por ser y estar.

He sido una persona ve significado en todo. Decidí -cuando comencé a correr- que sólo iba a colgarme cuatro medallas -al final terminaron siendo cinco- y que iba a esforzarme porque cuando las viera en un cuadro en mi estudio, serían el recordatorio de que puedo lograr cualquier cosa que me proponga.

Un año en medallas

Me han preguntado «¿y ahora qué viene?» El próximo año buscaré bajar de 4:30 hrs., afrontar los últimos 9km de mejor manera pero ahora en el Maratón de Chicago. De igual forma mañana mismo comienzo otro reto (este es de otro tipo), un reto que me llevará cuatro años, es un reto que lo busqué por mucho tiempo y finalmente llegó. Tengo cierto nervio, pienso que es un reto igual de grande que los demás. Pero, bueno, la vida está llena de retos por cumplir, si no, ¿qué chiste tendría?

Hoy puedo ver mis fotos y colgarlas en los cuadros de los recuerdos, pues sigo pensando que la vida se construye de momentos y es necesario luchar para que sean siempre la mejor forma de vivir.

Mi recomendación: ponte un objetivo, busca lograrlo paso a paso. No hay nada sencillo. Nada. Y como una metáfora de la vida, aun en las adversidades, aunque sientas que ya no puedes, solo sigue corriendo.

Yoan.