‘El urbanismo’ no lo hacen -solo- los urbanistas

Hace cierto tiempo, en una platica entre varios arquitectos, un buen amigo preguntaba por qué se enseñaba urbanismo en las escuelas de arquitectura, si inclusive ya existía una licenciatura en esos estudios. Mi reacción inmediata fue pensar que era obvio que estamos vinculados con el territorio, con el espacio geográfico, social, construido. Puse una cara de ¡¿cómo preguntas eso?! Si hoy en día los trabajos de las disciplinas están ligados íntimamente.

Dias después me di cuenta que estaba equivocado. Mi gran error fue algo que había pasado por alto: pensar que era obvio.

Y es que quizás los arquitectos con afinidad a los estudios de la ciudad hemos trabajado muy de cerca con teoría, con ejercicios, con la práctica. Hemos sido influenciados por Jacobs, por Aravena, por Sassen, por Gehl, por Castillo, por el espacio público, por las escuelas de la arquitectura social o por los métodos de diseño participativo. Pero no todas las personas -ni los profesionales de la arquitectura- lo saben. Y tampoco es su obligación saberlo.

Al final de la historia, las personas viven su vida, su ciudad, a veces tan inadvertida como distante.

La exposición

Me di cuenta que parte de nuestra labor como personas involucradas en los estudios de arquitectura y ciudad, es la de hacer saber a la comunidad la importancia de los estudios urbanos, de los estudios de la ciudad, mucho más en estudiantes de arquitectura, ingeniería y ramas afines. Esos estudios urbanos que se alejaron del movimiento moderno, donde se diseñaba desde el escritorio (top-down), para centrarse en diseñar desde la banqueta (bottom-up). Es decir, en entender que la ciudad es un elemento vivo.

Por ello, como parte de las actividades del XV aniversario de la Licenciatura en Arquitectura de UAEH, con un grupo de estudiantes decidimos montar un exposición titulada:

La ciudad a través de los ojos del arquitecto

Un ejercicio fotográfico a partir del trabajo de Kevin Lynch (The image of the city, 1960)

La intención era simplemente mostrar miradas de una ciudad viva, llena de complejidades. Una ciudad diversa.

El área de trabajo fue la Zona Metropolitana de Pachuca. El objetivo era sencillo: mediante la identificación de los elementos de la ciudad (nodos, hitos, sendas, barrios, bordes) los estudiantes debían de obtener su visión de cada uno de ellos. Sin embargo, hubo una solicitud: «necesitamos que la fotografía nos cuente una historia».

Resultó agradable observar cómo la exposición se convertía en un punto de permanencia. Si bien el objetivo final era la de comunicar la importancia de los estudios de la ciudad en los estudiantes de arquitectura, fue interesante mirar de vez en cuando cómo distintas personas fotografían la exposición o a ellos mismos con ella.

Justo el día del montaje, previamente en una clase de seminario en UAM, discutíamos sobre Lefebvre y el termino «construcción social del espacio». Y seguiré pensando que apropiarse del mismo, no radica en colores, sino en identificación, construcción y permanencia.

Y todo eso es la ciudad.