Cambio de rutas

En los últimos tiempos en la ciudad de Pachuca se ha observado una serie de manifestaciones (tanto en redes sociales como en la calle) sobre las modificaciones a las rutas alimentadoras del sistema Tuzobus, así como la eliminación y posterior reasignación de rutas anteriores del sistemas convencional.

En una entrada anterior manifestaba mi postura sobre la implementación de un BRT en la ciudad, las implicaciones que esto tiene y también la idea de que este es un sistema que deberá adaptarse. Hoy, a poco tiempo de que el gobierno estatal ceda la estafeta a un nuevo gobernador, y que la ciudad vea en la alternancia a su futuro inmediato, llegan a mi mente los cuestionamientos sobre transporte: ¿Tienen razón los que se manifiestan?

Por supuesto. Si el proceso de adaptación del sistema implica tomar dos o hasta tres transportes para llegar a su destino, cualquiera se molestaría. Si a eso le sumamos el costo del transporte (considerando que éste es uno de los rubros en los que la familia gasta más) estaremos percibiendo el verdadero costo del lugar donde vivimos. El costo de vivir lejos del trabajo/vivienda/escuela.

Movilidad y vivienda

Hace unos meses, el arquitecto chileno Alejandro Aravena recibió el premio Pritzker de arquitectura otorgado por la fundación Hayatt. Este premio reconoce a los arquitectos que por su trabajo y visión, aportan al engrandecimiento de la arquitectura. Este premio es de vital importancia para las ciudades, ya que Aravena es uno de los tantos arquitectos que desde hace años vuelven la mirada hacia la ciudad, concebida no solo como estructuras de concreto, sino como elementos vivos donde ocurre un sin número de interacciones. La vida misma, pues.

En una de sus tantas conferencias, Aravena, hablando sobre proyectos de vivienda, expresó:

“Vale más 1 m2 de terreno bien ubicado,

que 1 m2 de terreno extra»

¿Por qué?

Suponga este caso: una familia está en busqueda de una casa, sin embargo, el monto del crédito que pueden pagar es de no mas de $500,000.00. Esta familia buscará una casa de éste precio y lo que encontrará en el mercado son casas de interés social, construidas en la periferia. Es decir, lejos del centro de población.

Pachuca

La familia se encontrará con frases como “a 5 minutos de Pachuca”, “cerca de escuelas y centros comerciales”. Obviamente en la publicidad (porque es eso, publicidad) no se mencionará la ubicación de la vivienda. Eso lo dejan hasta el momento en que están con el promotor, al final de cuentas es un proceso de marketing.

Nuestro modelo de vivienda, que se rige por las fuerzas del mercado, ha sido orillado a que un desarrollador (con dinero) busque terrenos más baratos (más casas, menos metros cuadrados, más utilidad). Estos terrenos se encuentran en la periferia.

La familia, en la busqueda de su vivienda, se centrará en cuantas habitaciones tiene, si cuenta con jardín, si hay alumbrado, si la calle es ancha, si tiene bonita fachada o si hay «posibilidades de ampliación», si se construyó con tabique o con block.

Quizá no se hará preguntas tales como ¿Cuánto miden las banquetas? ¿Habrá un mercado cercano para comprar verduras, pollo, arroz? ¿Mis hijos tendrán un lugar donde jugar? (y no me refiero a esos espacios lejanos de la calle, con pasto y juegos) ¿El transporte público será constante? ¿Habrá transporte público los sábados y domingos? Si hay ¿cada cuando pasará? ¿Faltará el agua?

Pero no me malinterpreten, la culpa no la tiene la familia, hay una serie de factores que han llevado a nuestra ciudad (ahora pensada como Zona Metropolitana junto con otros municipios) a convertirse en una ciudad difusa, que crece a los lados y que no se permite crecer con mayor densidad.

Difusa_Compacta

En Pachuca nuestros planes de desarrollo hablan muy bien sobre buscar condiciones de sustentabilidad, de densificación y de rescate de espacios públicos, pero en esos mismo planes no se nos permite construir vivienda en vertical. Tenemos ante nosotros el gran reto de repensar esas condiciones y de convertir esto en una excelente oportunidad de Desarrollo Urbano.

Desarrollo Orientado al Transporte

Existen desde hace tiempo políticas que intentan no luchar, sino apoyarse de las «fuerzas del mercado». Tradicionalmente el desarrollador obtiene los permisos, crea la vivienda, la vende y se termina su ciclo. Para el habitante, su proceso apenas comienza, pues tendrá que luchar por un lugar en el espacio urbano y por recibir beneficios del Estado: recolección de basura, limpia de jardines y, por supuesto, transporte público. Pero ¿que pasaría si antes de construir la vivienda, las oficinas, los comercios, los dotamos de una ruta de transporte, y buscamos que con el tiempo, el desarrollo inmobiliario esté diseñado siguiendo las estructuras (físicas y logísticas) del transporte? Bueno, a esto se le llama Desarrollo Orientado al Transporte (DOT).

(Dele clic al video de abajo…)

Tuzobus y el momento de tomar decisiones

Creo firmemente que todos tenemos la responsabilidad de construir esta ciudad juntos. Arquitectos, no arquitectos, urbanistas, no urbanistas. Todos. Por un lado manifestando el deseo de una mejora del espacio, una exigencia de la calidad de vida, y por otro tomando las mejores (o al menos de mayor impacto) decisiones para el desarrollo urbano. Una de las formas de alcanzar esas victorias en la ciudad es que usted se involucre y se informe. Si es su deseo, manifiéstese y discuta.

Al final del día, creo que este problema no lo causa un BRT (Tuzobus) ni su sistema de movilidad, sino es el resultado de años de abordar de forma general el tema inmobiliario. Esto no solo pasa con nuestra ciudad, sino con muchas de las ciudades de México y Latinoamérica. Si de algo estoy seguro es que debemos evitar que estos problemas se repitan. Para eso sirven la historia, para saber por donde hemos pasado y que cosas podemos esperar del futuro. Para mi esto sigue siendo una oportunidad de que los diversos actores caminen hacia ciudades con mejor calidad de vida. La decisión la seguimos tomando nosotros. Esa es la mejor parte.

Algunas referencias: